LOS PIES
Milagros de cristal,
ciegos delirios
en rubios mares de
fervor mojados,
rocíos de la aurora
coagulados
en párpados de luz,
silentes irios.
Broches del cielo,
presurosos lirios
donde acaban dos ríos
nacarados;
de plumas y de pétalos
candados
para cerrar caricias y
martirios.
Sellos blancos que
firman tu figura,
llaves rosadas,
rúbricas de albura:
¡oh dos recuerdos de
ala disecados!
Aquí están, versos
míos, rosas tuyas,
para siempre tenerte y
que no huyas,
por la misma esperanza
atenazados.
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